Nightsongs. Patrick de Bana
ARCHIVO REPERTORIO CND 90/11. COREÓGRAFOS INVITADOS
Coreografía: Patrick de Bana
- Música: Arvo Pärt y Alberto Iglesias
- Escenografía: Patrick de Bana
- Figurines: Patrick de Bana (con la colaboración de Ismael Aznar)
- Diseño de Luces: Patrick de Bana (con la colaboración de Nicolás Fischtel (A.A.I.))
- Voz: Emmanuelle Broncin
Estrenado por la Compañía Nacional de Danza en el Teatro de Madrid, el 5 de junio de 1998.
- Corazón mío,
- No me preguntes dónde ha ido el amor,
- Lo imaginaba como una fortaleza
- Y, de repente, se ha venido abajo.
- Abrázame y bebe de las ruinas de nuestro amor.
- Sacia mi sed, abreva mi paladar con la historia
- de nuestro amor mientras mis ojos se vacían de lágrimas
- ¿Cómo puede ser que esta historia se haya convertido en un rumor
- y en una historia como tantas otras?
- Amor mío
- Visitaba tu morada, volaba de deseo,
- Cantaba mi dolor.
- Tienes la confianza del dulce dictador
- La sabiduría y el poder de hacerme daño
- La nostalgia me quema y los minutos
- son como brasas en mi sangre.
- Devuélveme mi libertad, deshaz mis ataduras.
- Han ensangrentado mis muñecas
- Todo lo he dado, estoy vacío.
- ¿Qué queda y qué quedará de mí?
- Yo mantengo mi palabra y tú no la tienes
- ¿Por qué soy tu tormenta y la de la vida?
- ¿Qué ha sido de mí?
- ¿Continúo en tus sueños, año tras año?
- Y yo soy amor.
- Soy corazón desorientado.
- Soy mariposa aturdida que revolotea a tu alrededor
- Entre nosotros el deseo era viajero
- Compañero, que nos daba de beber.
- ¿Se ha visto borrachera enamorada tan grande como la nuestra?
- ¡Cuántos castillos en el aire hemos construido!
- Caminábamos por vericuetos a la luz de la luna,
- Y la alegría venía a nuestro encuentro
- Hemos reído de la risa de los niños.
- Y hemos corrido tan deprisa,
- que hemos sobrepasado a nuestra sombra.
El poema anterior ha sido la principal fuente de inspiración de Patrick de Bana a la hora de crear Nightsongs. El amor, la tristeza, el odio, la locura, son ramas emocionales de nuestra experiencia vital que nos relacionan con los otros, con los demás: nuestros amigos, nuestros amantes... Sin embargo, comenzamos y acabamos en soledad. Y es ahí donde nos encontramos con nuestra verdad, de la que partimos y hacia la que vamos. El ciclo de la vida se cierra pues en toda lógica y en paz. No importa lo enérgica e intensa que pueda haber sido la vida: al fin nos reencontramos con nuestra esencia, con la pureza que poseímos al nacer.