Bailando por el mundo con Alessandro Riga
Alessandro Riga, primera figura de la Compañía Nacional de Danza, comparte con nosotros su pasión por la música desde 2013. Ha trabajado en diferentes compañías europeas, como la Semperoper en Alemania o la Maggio Musicale Fiorentino, en Italia, su país. Su talento le ha llevado hasta los escenarios de los teatros más prestigiosos de Italia, donde ha podido bailar un amplio repertorio que recoge desde los títulos clásicos más conocidos hasta los nombres de los coreógrafos más relevantes. En 2013, se une a la CND como bailarín principal y más tarde asciende a primera figura. Desde entonces, somos testigos de su versatilidad y su capacidad de emocionarnos desde el escenario.
Los verdaderos artistas siempre se dejan llevar por su pasión y vocación ¿En qué momento descubriste que querías dedicarte a la danza?
Yo empecé cuando tenía 6 años porque mis padres querían que hiciese algo después del colegio. Ellos decían que era un niño muy activo y que no paraba de moverme. Al principio era un pasatiempo, pero con los años mis profesores me exigían cada vez más. Con 15 años me mudé a Roma para estudiar en la Escuela de Teatro de la Ópera, donde hice mi carrera. Y desde entonces, sigo bailando.
Tus primeros pasos como bailarín comienzan en Italia, donde recibes importantes premios dedicados a jóvenes talentos ¿Qué supusieron para ti esos primeros reconocimientos?
En ese momento no era consciente de lo que estaba viviendo. Hacía muchos concursos gracias a la compañía en la que trabajaba. Yo me apuntaba a todo lo que me ofrecían. Ahora, con los años, me doy cuenta de que he participado en muchas cosas.
¿Qué aconsejarías a los jóvenes que, como tú en ese momento, están empezando en el mundo de la danza?
Es un mundo muy difícil porque no todas las personas entienden lo que hacemos. Muchas no lo ven como un trabajo y eso decepciona mucho. Unas veces parece un juego, otras un pasatiempo. Sin embargo, a nivel personal creo que si se hace con pasión y ganas la danza puede ser un trabajo muy satisfactorio.
El consejo que yo daría a quienes están empezando es que lo intenten. Si al final no sale, es importante que se queden con la experiencia de haber entrenado mucho, haber cuidado su cuerpo y de haber podido trabajar con la música.
A lo largo de tu trayectoria has podido trabajar en los teatros más prestigiosos de Italia ¿Cómo fue para ti bailar en sus escenarios?
En cada teatro hay un ambiente distinto. Yo intentaba acostumbrarme a cada uno. Al principio de mi carrera me invitaban en muchos sitios como bailarín principal. Yo hacía mis funciones siempre intentando sacar la peculiaridad de cada compañía, algo de lo que me enriquecí muchísimo. Lo interesante no está en el teatro físicamente, que claro que puede ser muy prestigioso, sino que está en las personas que trabajan allí y lo forman. Tengo un recuerdo muy bonito de ellas.
Y ahora que bailas en España, ¿qué diferencias notas entre el público italiano y el español?
Algo que me sorprende mucho es que la Compañía no tenga un teatro propio, sino que somos nosotros los que nos movemos. En otros países donde he trabajado cada compañía tenía su teatro. Allí, el público se acostumbraba a ti y cada teatro era como tu casa. En España viajamos bastante y nos relacionamos con públicos muy distintos, aunque también es algo que enriquece mucho.
Apostando por una profesión tan sacrificada has tenido que renunciar a muchas cosas ¿Cómo es, por ejemplo, vivir lejos de tu familia?
Cuando haces algo que te gusta no pierdes nada, simplemente estás eligiendo qué hacer con tu vida. Es cierto que en nuestra profesión esas decisiones debemos tomarlas muy pronto. A veces son equivocadas, pero yo no siento que haya tenido que renunciar a nada.
Evidentemente, echo de menos a mi familia desde que me fui de casa, pero, en mi caso, que vengo de un pueblo pequeño, sabía que era algo que tarde o temprano pasaría.
Sin embargo, has tenido la oportunidad de aprender de los grandes coreógrafos del momento ¿Quién o quiénes de ellos te han marcado más? ¿Por qué?
Yo creo que el mundo que ha creado Forsythe es el que más se acerca a lo que me gusta hacer en el escenario. Sus coreografías son muy físicas y estéticas. Con ellas ha conseguido elevar el nivel de la danza a algo más: para él no eres un personaje o un bailarín del elenco, sino alguien que se mueve de una manera y da algo de sí hasta el extremo. Él siempre intenta sacar lo mejor de ti.
En 2013 entras en la Compañía Nacional de Danza bajo la dirección de José Carlos Martínez por todo lo alto: en la categoría de primera figura ¿Qué supone para ti esa oportunidad?
José Carlos Martínez siempre ha confiado mucho en mí y le estoy muy agradecido. Me dio la posibilidad de demostrar la confianza que había depositado en mí mostrándole mi capacidad de trabajo. Creo que siempre he dado lo mejor de mí y espero que él esté satisfecho con la decisión que tomó al dejarme estar en la categoría más alta de la Compañía.
¿Cómo es tu rutina de trabajo diario?
Siempre tomo primero la clase. Además, al ser un bailarín que está en casi todas las piezas, paso mucho tiempo en el estudio. Tengo también un entrenador personal y voy al gimnasio.
Actualmente, es Joaquín De Luz quien dirige la Compañía ¿Cómo es trabajar con él?
Con Joaquín tenemos una relación profesional muy buena. Noto que tiene mucha confianza y respeto hacia mi posición en la Compañía y hacia mi persona, algo que es recíproco y por lo que le estoy muy agradecido. Espero que nuestra relación de trabajo siga así.
Además de la danza clásica, otra de tus grandes pasiones es el rock ¿Encuentras alguna relación entre ellas?
La verdad es que muchísima. Creo que la fuerza que tiene la música clásica tocada por una orquesta aporta la misma energía que una canción de rock.
¿Qué te hace sentir cada una?
Es cierto que dentro de mí se mueven cosas distintas, pero ambas me emocionan. Mi pasión es la música, yo me emociono con ella y la transformo en danza.
Para terminar, en el ámbito profesional, este año celebras tu cumpleaños en Bilbao con la presentación de un programa triple: Remansos, Arriaga and In Paradisum ¿Cómo has vivido el proceso de trabajo?
He tenido la posibilidad de trabajar en las tres piezas y en todas he vivido algo diferente. Con Remansos he podido bailar una pieza icónica de Nacho Duato que he trabajado tanto con nuestros repetidores como con él, y eso ha sido muy enriquecedor. Arriaga ha sido la obra con la que hemos vuelto a los escenarios después del confinamiento. Siento que ha sido una pieza hecha a medida para nosotros, teniendo en cuenta que los tres coreógrafos son de la CND, nos conocen bien y saben cuáles son nuestros puntos fuertes. Con la última, In Paradisum, también creada para la Compañía, he vivido un proceso muy placentero, tanto con Antonio Ruz como con mis compañeros. Me siento muy afortunado de haber podido participar en el montaje del programa, ya que muchas compañías todavía no han podido volver a la actividad y nosotros estamos creando nuevas piezas.
Y en lo personal… ¿Cómo vas a celebrarlo? ¿Comiendo algo típico de la cocina italiana?
Al coincidir con el día de la representación, la celebración va a ser compartir escenario con mis compañeros e igual una cena después si hay tiempo. Será un buen recuerdo del día de mi cumpleaños.
ALESSANDRO RIGA – PRIMERA FIGURA CND
Entrevista por: Natalia del Buey