Bailando por el mundo con Anthony Pina

¡Feliz Cumpleaños!

Mi nombre es Anthony Pina y me uní a la CND en septiembre de 2012. Como bailarín, me describiría a mí mismo como agudo y enérgico. Me encanta trabajar rápido y probar el límite de la rapidez con la que puedo moverme mientras sigo trabajando con una técnica limpia. Una de cosas que más me gusta de la danza es que es una experiencia de aprendizaje interminable. Hay tantas formas de abordar la danza y la técnica, ¡y quiero aprenderlas todas!

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Comienzas a bailar con solo ocho años en la Boston Ballet School ¿Qué te aportaba la danza para decidir tan pronto que querías dedicarte a ella?

Cuando era muy joven mi mamá me apuntó a gimnasia. Era hiperactivo y necesitaba liberar toda esa energía. Más tarde la escuela de Boston Ballet llegó a mi colegio buscando niños que tuvieran potencial de ser bailarines y se dieron cuenta de que yo ya tenía mucha coordinación y sabía controlar mi cuerpo. Me aceptaron en un programa llamado Citydance y luego en la Boston Ballet School. Inmediatamente me encantó. El ballet era mucho más artístico que la gimnasia y recuerdo que era mucho más divertido. Unos años más tarde tuve que decidir qué programa quería continuar y sabía que tenía que ser Ballet.

 

Tu trayectoria como bailarín profesional empieza desarrollándose en grandes compañías como el American Ballet Theatre ¿Cuál es el mayor aprendizaje que te llevas de estas experiencias?

En realidad, mi año en Nueva York fue en la Escuela Jacqueline Kennedy del American Ballet Theatre. Ya me había graduado de la escuela, pero sentía que necesitaba un año más de formación antes de ingresar en una compañía. Durante ese año aprendí mucho. Era el primer año de nuestra escuela y Franco De Vita era el nuevo director. Realmente me devolvió a lo básico y me abrió la mente para pensar de una manera nueva. Me ayudó a construir una base que luego me haría más fácil ser artista.

 

En 2006 pasaste a formar parte del Alberta Ballet donde trabajaste junto a Jean Grand-Maitre durante seis temporadas ¿Qué te llevas de esta oportunidad?

Cuando me uní al Alberta Ballet tenía solo dieciocho años. Había estado viviendo fuera de casa desde que tenía catorce años, pero era la primera vez que salía de mi país. Era mi primer contrato y estaba muy nervioso. Inmediatamente me di cuenta de que estaba en el lugar correcto. Jean me animó desde el día que llegué, pude sentir que él creía en mí y eso me ayudó a creer en mí. Me dio la oportunidad de bailar papeles solista a pesar de que solo era un aprendiz. Jean fue quien me mostró cómo tomar los cimientos que había construido en ABT y convertirlos en arte.

Allí, pudiste bailar diferentes papeles en piezas clásicas: El cascanueces, La Bella Durmiente y muchos otros ¿cuál de ellos destacarías? ¿Por qué?

El papel con el que más me conecté en mi tiempo en Alberta Ballet fue Puck en El sueño de una noche de verano de Christopher Wheeldon. Solo tenía veinte años y fue mi primer gran papel principal. En la versión de Wheeldon, Puck es el personaje que cuenta la historia y era una gran responsabilidad para alguien tan joven. Nunca había desarrollado un personaje de esa manera y fue un gran desafío. Solo teníamos un mes para trabajar en el ballet y sentí mucha presión. La semana antes del estreno no pensé que estaba listo, entonces de repente llegó el momento de subir al escenario y supe que no había vuelta atrás. De repente todos los nervios desaparecieron y me sentí muy emocionado.

En 2012 ingresas en la Compañía Nacional de Danza bajo la dirección de José Carlos Martínez ¿Por qué decides venir a España? ¿Por qué a la CND?

España fue uno de los primeros lugares que visité en Europa. Pude tomar clases con la CND en enero de 2012 y me gustó mucho el ambiente y la energía que había en la compañía en ese momento. También había oído que la compañía estaría bailaría trabajos de Willam Forsythe, y siempre había soñado con formar parte de un ballet de Forsythe. En junio de 2012, la CND anunció la audición y supe que tenía que presentarme. Sabía que España era donde quería estar.

Un año después eres ascendido a bailarín principal ¿Cómo es trabajar desde esta categoría?

Realmente no me esperaba el ascenso tan pronto. Durante mi primera temporada en la compañía José Carlos Martínez me dio muchísimas oportunidades, y yo ponía el máximo empeño en aprovechar cada una de ellas y darlo todo, tanto así que ni siquiera era consciente de lo increíble de la situación. Sentí que Jose y yo estábamos construyendo una relación especial, basada en el trabajo. Su confianza en mí me ayudó enormemente a crecer como artista. Desde que fue ascendido a principal, trabajo cada día tanto como puedo. Intento ponerme retos tanto técnica como artísticamente e trato de mantener la mente abierta y descubrir nuevas vías para desarrollar mi trabajo.

 

Dentro de la Compañía has bailado obras de diferentes estilos como Don Quijote, In the Middle of Somewhat Elevated, Pulcinella, Raymonda Divertimento o El Cascanueces ¿Con cuál de ellos te identificas más?

De todos los roles que he bailado hay dos con los que más me identifico. Me siento más cómodo, soy más yo mismo en el escenario cuando bailo cualquier cosa de Willam Forsythe, pero con el que más conecté fue Herman Schmerman. Fue el primer Forsythe que aprendí y me encantó cada momento de todo el proceso. Parecía que la coreografía estuviera hecha específicamente para mí y mi cuerpo. También me gustó muchísimo trabajar en el ballet de Balanchine, Who Cares? Vi el ballet por primera vez cuando tenía catorce años, y en Alberta Ballet tuve la oportunidad de bailar uno de los roles de solista. Mi estreno con la CND fue una sorpresa porque un compañero bailarín sufrió una lesión justo antes de partir para la gira y José me preguntó si sentía que podía asumir el desafío. Solo tuvimos dos días de ensayo, y bailaba con tres nuevas parejas con las que nunca había trabajado antes. Esta significaba mi primera oportunidad de bailar un papel principal en la CND. Por supuesto que dije que sí. Bailamos ambos ballets durante los siguientes tres años y cada vez que volvía a ellos me sentía mejor que antes.

¿Cómo te definirías como bailarín? ¿Qué estilos son los que más te gusta bailar? El neoclásico creo que es el estilo con el que mejor me defiendo, o el que más he trabajado, pero con el contemporáneo es donde más libre me siento y tengo mayor capacidad de expresión.

Desde 2019, con la llegada de Joaquín De Luz, has interpretado nuevos papeles ¿Cómo es trabajar con Joaquín?

Cuando tenía catorce años vi un vídeo de Joaquín bailando el papel de Birbanto en Le Corsaire con ABT. La energía, la técnica y el carácter que tenía fueron muy inspiradores. Vi las mismas escenas una y otra vez tratando de aprender cómo lo hacía. Luego, cuando me eligieron para el papel del Jefe de los Gitanos, en Don Quijote, aquí en la CND, volví al vídeo de Joaquín en busca de inspiración. Me sorprendió tanto cuando se anunció que Joaquín se uniría a la CND como invitado para bailar Basilio. Poder verlo aquí en nuestros estudios fue una gran experiencia. Aprendí mucho con solo verlo ensayar. Recuerdo que pensé que si alguna vez llegaba a ser director de una compañía, me encantaría trabajar para él. ¡Imagínense lo emocionado que estaba cuando se anunció que él sería el director de la CND! Desde que llegó he aprendido mucho. Albrecht, en su Giselle, fue el primer gran papel que bailé bajo su dirección y, sinceramente, ha sido un gran desafío para mí. Nunca me vi a mí mismo como un príncipe, y nunca pensé que sería elegido para ese papel. Tuve que descubrir cómo ser yo mismo en el papel mientras contaba la historia a la audiencia.

 

Pensando en el futuro, ¿qué te gustaría bailar la próxima temporada?

Este año he tenido la oportunidad de trabajar con el gran Nacho Duato. Fue muy divertido trabajar con él y aportó una energía increíble al estudio. Me encantaría tener la oportunidad de volver a bailar algún otro trabajo suyo algún día en el futuro.

 

Para terminar, una pregunta más personal ¿Cómo esperas celebrar este año tu cumpleaños?

Lo mejor de que mi cumpleaños sea en agosto es que casi siempre estoy de vacaciones. Normalmente, eso significa que puedo regresar a Estados Unidos, sin embargo, el año pasado, debido a la situación mundial, no pude. Así que este año estaré realmente en casa, en Boston, por primera vez desde 2019 celebrando con toda mi familia.

ANTHONY PINA – BAILARÍN SOLISTA CND

 

Entrevista por: Natalia del Buey