Compañía Nacional de Danza

Naciste en París, ciudad donde han crecido numerosos artistas reconocidos ¿Qué te hizo decantar tu vida por el mundo del arte?

Creo que al principio mi madre influyó mucho, a ella siempre le ha gustado la danza. Empecé con cuatro años. Era una niña con mucha energía y mis padres me apuntaron a muchos deportes para que pudiera canalizarla. Sin embargo, fue mi profesora de ballet la que me aconsejó que debía centrarme en el baile. Siendo ya más mayor, fui yo misma la que decidí que bailar era lo que quería hacer.

Durante tu formación tuviste la oportunidad de aprender de grandes maestros de la Ópera de París ¿En qué aspectos crees que ha influido en tu desarrollo como bailarina? ¿Destacarías a alguno de ellos?

La que más me marcó fue mi profesora Eleonora. Ella tenía una visión muy abierta de la danza, algo poco común en Francia donde se transmite una idea más cerrada. Trabajó conmigo mis capacidades y me ayudó a mejorar en mis defectos para conseguir la base que tengo ahora.

Además, completaste tu formación haciendo cursos y talleres en distintas ciudades europeas, como Praga o Berlín ¿Qué te aportaron estas experiencias?

Me dieron la oportunidad de trabajar con distintos coreógrafos. Además, me daba la posibilidad de trabajar intensamente durante los meses de verano y me ayudó mucho a mejorar.

Con 18 años ingresaste en la Ópera Nacional de Burdeos, dirigida por Charles Jude ¿Cuál es el ballet que recuerdas con más cariño?

La pieza Suite en Blanc de Serge Lifar. Es una pieza muy francesa que recoge el punto medio entre lo clásico y lo neoclásico. Lifar es un coreógrafo que ha marcado mucho el estilo francés.

En 2015 tuviste la oportunidad de bailar Giselle en el Teatro de la Ópera de Roma bajo la dirección de Eleonora Abbagnato. En 2020, vuelves a repetirlo con la CND, esta vez con coreografía y dirección escénica de Joaquín De Luz ¿Cómo fue el proceso de trabajo en cada uno?

Tengo muy buenos recuerdos. En la producción del Teatro de la Ópera de Roma hicieron un Giselle distinto que se construía en torno a un estilo bastante francés. En la versión de la CND, Joaquín De Luz ha modificado la época en la que se ambienta el ballet. Ambas son muy diferentes entre sí y, aunque más o menos recuerdes la estructura general, el estilo de cada una varía mucho y tienes que aprender una nueva coreografía.

¿Qué diferencias has encontrado?

La del Teatro de la Ópera de Roma es una versión clásica muy tradicional. Sin embargo, la coreografía de Joaquín De Luz tiene elementos muy específicos. Está situada en España, en una época muy distinta, en el siglo XVIII. En el primer acto introduce estilos españoles de la escuela bolera que me gustan mucho. En segundo acto es más clásico. Solo modifica los vestuarios que, además, son muy cómodos para bailar.

Habiendo trabajado con coreógrafos tan diversos ¿con qué estilo te identificas más?

Yo vengo de una base clásica, pero mi estilo va más hacia el neoclásico. Me gusta porque es un estilo que tiene movimientos clásicos pero con más amplitud. En el neoclásico con puntas me siento muy cómoda. También me gusta el contemporáneo.

Has pasado, además, algunos años bailando en los teatros de Italia y otros lugares ¿Cómo es vivir la danza fuera de tu país?

He tenido muy buenas experiencias. Por ejemplo, ahora en la Compañía Nacional de Danza hacemos muchas giras y es algo muy especial. Bailas en muchos escenarios pero también vas a muchas ciudades que te llevan a conocer la cultura de ese país. Me encanta viajar, descubrir y probar cosas nuevas.

 ¿Te gustaría volver en algún momento?

No lo sé. Tengo un equilibrio de vida muy bueno aquí en Madrid. Estoy en una compañía que me da trabajo y además me gusta la vida personal que tengo aquí. Echo de menos Francia, pero en Madrid me siento como en casa. Me gustaría trabajar muchos años más en la Compañía.

En 2016, después de tres intentos, logras ingresar en la Compañía Nacional de Danza bajo la dirección de José Carlos Martínez ¿Cómo fue esta lucha por formar parte de la CND?

Es un proceso muy difícil porque se presentan chicas de todo el mundo y se ofertan una o dos plazas. Hay que trabajar mucho pero también tener suerte. Yo tenía claro que quería entrar. Siempre que venía a España y había audición me presentaba. Al final, cuando José Carlos Martínez me informó de que había superado la audición, y me ofreció el contrato, no me lo esperaba. Fue una sorpresa muy bonita y no me pensé dos veces el aceptarlo.

¿Por qué la CND?

Recuerdo cuando vi a la Compañía bailar en París. Me encantó el espectáculo. Veía en sus bailarines grandes cualidades y estilos muy versátiles que me llamaron mucho la atención. Me gustaba mucho el repertorio de la CND y sentía que podía ser un lugar donde encontrarme profesional y personalmente. Además, tengo familia española.

¿Qué destacarías del trabajo de Joaquín De Luz como director?

Joaquín tiene una energía muy contagiosa. Se nota que es un gran bailarín. Tiene una musicalidad perfecta y es un gusto trabajar con alguien que tiene esas cualidades de movimiento. Aprendo mucho de él.

En 2019 bailaste Carmen, de Johan Inger, pieza que volverás a interpretar en junio con la Compañía ¿Te hace ilusión repetir este ballet?

Muchísima. La primera vez que baile Carmen fue en Shanghai y desde entonces se convirtió en una de mis piezas favoritas. Ahora, en la CND tendremos audiciones para bailar los distintos roles y espero poder bailarla de nuevo. Para mí es un ballet muy especial, es arte. Creo que va muy bien con la Compañía y es un placer formar parte de ello.

Para terminar, ¿cómo esperas celebrar este año tu cumpleaños?

He reservado una pequeña terracita con mis amigos. Muy simple, algo muy tranquilo. Me gusta celebrarlo con mi gente más cercana.

PAULINE PERRAUT – CUERPO DE BAILE CND

Entrevista por: Natalia del Buey