Bailando por el mundo con Yanier Gómez Noda

El cubano Yanier Gómez inicia sus estudios en la Escuela Elemental de Ballet de Alejo Carpentier. Participa en concursos internacionales de La Habana, obteniendo Oro y Grand Prix a la mejor pareja con la edad de 17 años. En el año 2008 ingresó en el elenco del Ballet Nacional Cuba bajo la dirección artístico-técnica de Alicia Alonso. Participa en los Festivales Internacionales de La Habana y en galas junto a estrellas del American Ballet Theatre. En septiembre de 2016 ingresa como bailarín solista en la Compañía Nacional de Danza.

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Buenos días Yanier, ¿cómo estás? Felicidades por tu cumpleaños.

Muchas gracias.

 

La danza es una profesión que exige mucho a los bailarines y a sus familias. ¿Qué te aporta la danza para que hayas decidido dedicar tu vida a ella?

Desde muy pequeño viví en un barrio marginal y fue la única salida que encontró mi madre para sacarme de aquella vida.

 

En tu trayectoria has sido acreedor de distintos reconocimientos. ¿Cuál es hasta ahora el premio más importante para ti? ¿Por qué?

Para mí, el premio más importante es poder estar en una compañía y poder realizar mi sueño de bailar. Poder disfrutar de mi profesión día a día.

 

Todos tenemos musas, personas que nos inspiran ¿Quiénes son tus referentes y por qué?

Mi referente desde pequeño siempre ha sido, Mijaíl Barýshnikov. Desde la primera vez que lo vi bailar en los vídeos, fue como ver una estrella fugaz, que te impresiona y te deslumbra a primera vista.

Y en cuanto a tus maestros ¿Quiénes han sido decisivos en tu desarrollo como bailarín?

A lo largo de mi carrera he tenido muchos maestros, a quienes les estoy muy agradecido. He tenido muy buenos maestros cubanos y maestros internacionales. No me puedo poner a nombrar a unos cuantos porque me quedaría en deuda con el resto. Todos han sido muy importantes en el desarrollo de mi carrera.

 

Con solo 17 años obtuviste grandes reconocimientos en La Habana ¿Cuál fue el más emocionante para ti?

Cuando me gradué obtuve el Grand Prix a la mejor pareja, en el último concurso de ese año. Esto fue el empujón para comenzar una nueva etapa de la vida. A partir de ahí inicié mi carrera profesional. Además, fue muy importante porque estaba pasando por un mal momento, estaba lesionado, y no me esperaba obtener este premio.

Alicia Alonso fue una maestra muy importante para ti ¿Cuál es el recuerdo más preciado que tienes de ella?

Tenerla entre mis brazos en un ensayo de Las sílfides, en el que estaba enseñándome a hacer un porté. Ella no veía y la repetidora le decía que estaba haciendo mal el porté. Entonces se levantó y me dijo: “sujétame”; y me corrigió ella misma.

 

Cuéntanos ¿Cómo fue la etapa en Ballet Revolution?

Fue un experimento muy bueno, porque me sacó un poco de lo “demasiado clásico” que me enseñaban en Cuba. Y me sacó un poco de ahí, me revolucionó, me revolucionó la danza. Por esto estoy muy agradecido con esa etapa de mi vida.

 

Ballet y baile callejero ¿Para ti son contrarios o encuentras similitudes?

Hay muchas similitudes. El ballet como tal, llamarlo ballet… esa palabra es mucha responsabilidad. Y el baile callejero es muy libre. Te puedes desenvolver más y no necesitas conocimiento de lo clásico. Pero sí, se pueden llevar ambas cosas.

 

Además de tu formación en danza clásica y contemporánea ¿bailas algún otro género? ¿Algo más latino?

Sí, sí. La salsa cubana.

Desde tu llegada a la CND ¿Cuál ha sido el personaje solista que más has disfrutado? ¿Por qué?

Todos los roles principales que me han dado, que he tenido a mi cargo, han sido muy importantes. No pasaría por alto ninguno, no sé… Don Quijote, el príncipe de Cascanueces, ahora Albrecht en Giselle. En esta carrera no hay rol pequeño. Cada rol tiene algo de especial. Todos se vuelven importantes para tu aprendizaje.

 

Además has trabajado con diferentes directores artísticos, hoy ¿Cómo es trabajar con Joaquín De Luz?

Joaquín De Luz tiene una gran personalidad. Lo conozco desde que tenía 18 años, cuando iba a Cuba a bailar. La verdad, tengo muy buena conexión con él. Está siendo muy bueno trabajar juntos. Para mí él representa una gran fuente de inspiración y tenerlo en la sala de ballet todos los días resulta motivante. Es una persona que fomenta mucho el trabajo y la pasión por la danza. Genera esas ganas que hacen que la danza corra por las venas.

 

En la producción de Giselle bajo la dirección artística de Joaquín De Luz, participaste como Albrecht, sabemos que tuviste una lesión muy seria, ¿cómo fue esa experiencia para ti?

Ha sido de los momentos más negros de mi carrera y de mi vida. En ese momento, cuando ocurrió el accidente, no me lo creía. Me levanté y seguí caminando… seguí corriendo, yo quería seguir bailando; hasta que me di cuenta de que no, no podía seguir y tuve que salir del escenario. Pero hasta ese momento lo estaba disfrutando al máximo. Además este es un ballet que siempre soñé con bailar.

¿Extrañas algo de Cuba, la cultura, los sabores, la gente…?

Sí claro, siempre extraño Cuba. Lo que más echo de menos es ese sabor cubano, la música en las mañanas, la playa… No sé. Extraño ese olor característico de ahí, antiguo, el olor a mar y esa tranquilidad de la costa.

 

Cuba es un sitio donde hay cultura de danza. ¿Tienes pensado regresar en algún momento a bailar allí?

Sí, por supuesto. Me han invitado, pero con el tema Covid se ha tenido que aplazar. Pero tengo una deuda y espero poder ir pronto.

 

Para el brindis de cumpleaños ¿Qué prefieres cerveza o vino?

Una buena cerveza española. Una Estrella Galicia para ser más específico.

 

YANIER GÓMEZ NODA – BAILARÍN SOLISTA CND

 

Entrevista por: Monserrat Martínez