Compañía Nacional de Danza

Comienzas tu formación en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma a los 8 años. ¿Tenías claro desde ese momento que bailar iba a ser tu futuro profesional o lo considerabas más un juego?

¡Qué va! Para nada en absoluto, no sabía ni lo que era eso. De hecho cuando mi mamá me preguntó si estaba segura, yo le pregunté qué era un conservatorio y su respuesta fue: «es un sitio que vas a tener que ir todos los días incluso los días que no te apetezca». Y de esa manera tan inconsciente empecé mis estudios de formación. Creo que lo consideraba como un juego, pero un juego muy divertido.

¿Cómo te definirías como bailarina? ¿Qué estilos son los que más te gusta bailar?

Me considero una bailarina clásica, pero nunca he cerrado ninguna puerta a trabajar con ningún estilo, ya que esta carrera es demasiado corta, el tiempo pasa muy rápido y todo en lo que puedas experimentar y trabajar es muy enriquecedor.

Has conseguido algo bastante difícil como es bailar en tu propio país. ¿Qué significa para ti estar en casa? ¿Echas de menos la vida fuera?

Me siento muy afortunada de poder trabajar en mi país y estar rodeada de la gente que quiero, soy consciente que no todo el mundo puede decir lo mismo, y de verdad que es una gran suerte. No me entusiasma estar lejos de los míos. Hace cinco años me ofrecieron un contrato para irme a Rusia y, cuando fui a decir que sí, me llamó José Carlos Martínez ofreciéndome un contrato en la CND (menos mal, porque estaba muy apenada por tenerme que ir tan lejos). Alguna vez sí que he pensado momentáneamente, «¿qué hubiese sido de mí en Rusia? ¿Hubiese aguantado tan lejos de mi gente? ¿Cómo hubiese sido mi carrera allí?».

Has formado parte del elenco en icónicas coreografías como Don Quijote o Giselle ¿Cómo es participar en esos espectáculos ? ¿Sientes más presión que, por ejemplo, en otro tipo de producciones menos conocidas para el público general? ¿Cómo es la preparación específica, más demandante a nivel técnico?

Presión como tal no siento. Además está el día a día y todo el tiempo que se dedica en sede a ensayar, normalmente sueles ir preparado para la función. Lo que sí tengo son nervios antes de salir a escena y la responsabilidad que tiene la persona individualmente de hacer bien su trabajo. Cada uno sabe cuáles son sus puntos débiles y antes de que empiece la función se tienen que tener presentes y practicarlos para intentar que no ocurran. Las premiere siempre han sido súper especiales para los bailarines, se crea un ambiente mágico y bonito.

Dedicarse a una profesión como la danza supone aprender cada día algo distinto y proponerse nuevos objetivos ¿Dónde te gustaría verte en los próximos diez años? ¿Qué retos te planteas para el futuro?

Ahora mismo estoy estudiando un Grado Superior en el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila de Madrid. Enfocado en la pedagogía. Me encantan los niños, siempre me han encantado. Por lo tanto estoy aprovechando ese sentimiento tan positivo para enfocarlo en estos estudios y el día de mañana poder ser pedagoga y transmitir todos mis conocimientos y amor por esta profesión.

Además de bailar, ¿qué otras pasiones tienes? ¿Cómo las compaginas con un trabajo tan exigente como este?

Me gusta caminar, cerca de donde vivo tengo campo. Por lo tanto, cuando el trabajo o los estudios me lo permiten me voy con mis perras y damos largos paseos. También me encanta cocinar, además que tengo buena mano para los postres, o eso me dicen (pero eso es disfrute personal, no me dedicaría profesionalmente a la gastronomía).

Y para acabar, aprovechando que hoy es tu día. ¿Cómo vas a celebrar tu cumpleaños?

Pues este año mi cumpleaños cae entre semana, así que poco puedo hacer. Además que tengo seminarios a los que acudir por los estudios (¡buen regalo de cumpleaños!). Pero el fin de semana aprovecharé a disfrutarlo a tope con mi gente. ¡¡Los años pasan demasiado rápido!!

TAMARA JUÁREZ – CUERPO DE BAILE