Bailando por el mundo con María Muñoz

¡Feliz cumpleaños!

María Muñoz nace en Cabezo de Torres, población murciana; desde muy pequeña comienza a interesarse por las artes y en la danza. Comienza su formación en el Conservatorio Profesional de Murcia, a continuación ingresa en la escuela de Víctor Ullate, donde cursa 5 años. Ha bailado piezas icónicas como Don Quijote, El Lago de los Cisnes y varias coreografías de Forsythe como Artifact e In The Middle. Tras sus estancias en Inglaterra y Alemania ingresa en la CND en 2014, como parte del cuerpo de baile.

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Comienzas tu formación en el Conservatorio Profesional de Murcia a los 10 años. ¿Cómo recuerdas esa experiencia? ¿En aquel momento bailar era un juego, o ya lo considerabas un estudio que requería disciplina?

Cuando yo entré al Conservatorio Profesional de Murcia mi profesora durante la carrera fue Fuensanta Zomeño; ella siempre nos trasmitió la idea de pasárnoslo bien con la danza. Mis padres siempre le quitaron un poco de hierro; a la hora de hacer pruebas, por ejemplo, mi padre me decía: “bueno, no te preocupes, esto es un juego”. Sí que es verdad que con los años esa disciplina va tomando forma, y entonces claro tú también le das esa importancia. Ya no vas a los cumples, siempre tienes clase de ballet. Tienes tu responsabilidades, tu horario y tu organización con las clases del cole.

 

También has estudiado temporadas en el extranjero, como en el English National Ballet de Inglaterra o la compañía Semperoper Ballet de Dresde en Alemania ¿Cómo se vive la danza en aquellos países? Dentro de las propias clases, ¿notaste diferencia en la manera de enseñar con España?

Totalmente. No tienen nada que ver el uno con el otro. Antes de viajar a Inglaterra estuve estudiando durante 5 años con Víctor Ullate. Es una escuela bastante dura, férrea y disciplinada, por lo que el cambio a Inglaterra me chocó bastante, la manera de enseñar allí me pareció muy dulce. Yo estaba acostumbrada a unas clases duras, rígidas, con mucha tensión… No te podías caer, no podías bajar la pierna, no podías fallar una pirueta…Eran clases larguísimas de dos horas y media. Y de repente paso a Inglaterra donde las clases eran de hora y media, y además nos enseñaban varias disciplinas, incluso teoría, algo que con Víctor no hacíamos; con Víctor era sólo clase práctica de ballet, y todo clásico, con puntas y demás. La manera de enseñar de los ingleses era mucho más dulce, te animaban… todo era más desde el lado positivo y bonito de la danza. A mí me chocó bastante, me costó un poco acostumbrarme a esas dinámicas.

Y luego en Alemania trabajé en el Semperoper, pero mi director era canadiense, y casi todos los profesores eran americanos, por lo que esa mentalidad alemana, cuadriculada y estructurada no existía. Eran muy organizados porque la administración y la organización de la compañía era alemana, del Estado, pero lo que es a nivel artístico o técnico, o incluso el trabajo con los profesores salía de manera más natural.

Has formado parte del elenco en icónicas coreografías como El lago de los cisnes, El Cascanueces o Don Quijote ¿Cómo es participar en esos espectáculos? ¿Te sientes más presionada que en otro tipo de producciones, menos conocidas para el público general? ¿Requieren un tipo de preparación específica por una mayor demanda a nivel técnico?

Yo opino que sí, estás más mirada. Al ser clásicos conocidos por todos ya sea un público entendido o no todo el mundo ha visto un Lago, todo el mundo ha visto un Cascanueces… Todo el mundo tiene su opinión o su estética propia sobre cómo debería ser. Para mí sí que son mucho más exigentes. Es verdad que hay otras versiones un poco más abiertas, que te permiten un juego personal o extender tu creatividad… Pero al final lo que es el acto blanco, es puras líneas, pura estructura y pura belleza estética. Es así porque tiene que ser así y porque todo el mundo sabe que es así.

Y hablando de coreografías, ¿cuál es una que recuerdes con especial cariño? ¿Y la más difícil o complicada?

Recuerdo muchas con especial cariño. Ahora que mencionas el “Lago”, al “Lago” le tengo especial cariño. Lo bailé en Dresden y fue de mis primeras producciones clásicas allí. Se montó rapidísimo, en sólo dos 2 semanas, y me pareció espectacular, fue precioso. La música, el escenario, los vestuarios, todo… La verdad es que lo disfruté mucho. “Quijote” aquí ha sido siempre muy importante, sobre todo en la CND. Y luego a nivel más personal o como desarrollo personal Artifact o In the Middle; en realidad todas las piezas de Forsythe, que hemos bailado varias. Me parece que sus piezas aportan algo diferente al baile en sí. Poseen una riqueza técnica y una riqueza de expresión corporal brutal, es una exploración corporal increíble. Llegas a descubrir cosas que no sabías que tenías o que podías llevar por ese camino, y eso me parece super enriquecedor.

Allegro Brillante de Balanchine también fue difícil porque tiene mucho rigor musical y es muy exacta. Pero he de decir que la disfrute tantísimo… sobre todo por la exactitud, la rapidez de piernas y el fondo, porque son sólo 15 minutos pero es que no paras. Tengo tantos buenos momentos… Es una pieza dura nada más empezar, porque empiezas corriendo en el escenario, pero terminas y dices: “he ido a la guerra y he vuelto, y estoy vivo”. Sales con el pecho hinchado. Al hacer ese ballet tienes una sensación de decir: “soy inmortal”.

Dentro de la CND, se han realizado numerosos tours al extranjero. ¿Cuál es el país que más te ha gustado? ¿Alguna aventura que nos puedas contar de aquel viaje?

De los tours más lejanos o más estrambóticos que hemos realizado recuerdo mucho el de Abu Dabi… Fue un cambio radical, porque es un país que se ha creado de la nada, es artificial. También es verdad que cuando vamos de gira vemos la cultura hasta cierto punto… Y esa en concreto fue sólo una semana aproximadamente, con lo cual tampoco pudimos mezclarnos mucho, y además la ciudad está muy enfocada al turismo. La disfrute mucho con la compañía, con los amigos, íbamos a la playa y lo pasamos muy bien. El teatro estaba dentro de uno de los hoteles más ricos del mundo… las condiciones en las que íbamos eran geniales.

Y el que más me gustó por su belleza fue México… y fue una gira corta, como una semana o así, pero me encantó. China también es un país curioso, porque no tiene nada que ver con nuestra cultura, pero no viviría ahí para nada, y tampoco volvería por motu propio… Así como a México sí que volvería, a China no, no me atrae.

 

En lo personal, ¿qué supone la danza fuera del trabajo?

La danza condiciona muchísimo. También tú lo asumes. En un principio obviamente no, porque no eres consciente, pero con el paso de los años sabes dónde te estas metiendo, sabes lo que te supone, sabes que te condiciona la comida, el descanso, las salidas, las relaciones sociales… todo. Es un precio a pagar… pero a mí me compensa, que es lo más importante. No es para todo el mundo, obviamente, sobre todo a estos niveles. Cuanto más tiempo inviertes, más implicación te supone.

¿Cómo abordas esta nueva etapa en la que vas a ser madre? ¿Te planteas volver a bailar tras la lactancia? ¿Crees que el cambio del cuerpo va a suponer mucho esfuerzo? ¿Hasta qué punto del embarazo puedes seguir bailando?

Yo estoy aproximadamente de 5 meses y pico. Me quedé embarazada en octubre, y pasé toda la función de Giselle en el Teatro de la Zarzuela embarazada. Al principio es como un garbancito con lo cual puedes bailar sin ningún problema. Ahora ya no puedo hacer ciertas cosas, nada de impactos desde el tercer mes, no puedo subir tanto las piernas, no puedo contraer el abdomen con lo cual el eje se va perdiendo un poco en los giros… La columna ya no está alineada y en la tripa tienes más peso de lo normal. Con el avance del embarazo ya vas haciendo menos cosas y tu cuerpo te lo va diciendo. Ya tienes menos fuelle físico y te cansas mucho más. Mi idea por supuesto es volver, de hecho uno de mis sueños es que mi hijo me vea bailando, estar yo en el escenario y que él me pueda ver, con consciencia, y que se pueda enriquecer de ese mundo de la danza, del teatro, del arte… Me parece precioso.

No tengo nada de miedo a la vuelta sobre cómo pueda estar mi cuerpo… yo soy joven, tengo 28 años, hay gente que se recupera rapidísimo, y además dando el pecho la matriz se contrae con lo cual vuelves a tu ser mucho más rápido. También he visto que compañeras mías que han sido madres, cuando vuelven bailan mejor que antes. Aun no lo he experimentado, con lo cual no se decirte el por qué… Pero quizá tus prioridades en la vida cambian… Tu hijo se convierte en lo máximo, yo creo, y entonces al no ponerle tanta intensidad, tanta presión a ciertas cosas, bailas más relajado y bailar más relajado ayuda también a bailar mejor. Encuentras otros caminos a los que no llegarías estando rígido. También creo que otro factor, el biológico, también ayuda. Cuando vas a ser madre tus células se regeneran y te fortaleces. Hay una hormona, la relaxina, que se genera al principio del embarazo y se mantiene durante dos años. Ayuda mucho a mejorar lesiones. Me lo dijo mi osteópata.

Creo que es una experiencia muy bonita. Además ahora mientras bailo en clase noto cómo se mueve y me parece muy emocionante… ¡Estamos bailando los dos!

Aparte de la danza, ¿hay alguna otra disciplina artística a la que seas aficionada?

La verdad es que sí, cuando era pequeña pintaba mucho y una profesora le dijo a mi madre que me apuntara clases. El problema fue que como coincidía con el conservatorio no pude hacerlo… Ahora realizo escultura con “pasta das”, que es como la arcilla, pero que no necesita humedecerse. Me gusta el contacto con el material, es una sensación muy corporal.

 

Y para acabar, aprovechando que hoy es tu día, ¿cuál es tu tarta o comida de cumpleaños favorita?

Son los buñuelos, pero los buñuelos de mi madre… los de mi madre o los de mi abuela. No soy muy de tartas, me gusta el dulce pero no soy muy pastelosa… Los buñuelos me pirran, el buñuelo sólo con azúcar, que es cómo se hacen en mi tierra, Murcia. Además como mi cumple suele coincidir con Semana Santa, es en la época cuando se cocinan, junto con un postre llamado paparajotes. Tengo el recuerdo del buñuelo en mi cumpleaños…. Este año me tocará a mí hacerlos.

 

MARÍA MUÑOZ – CUERPO DE BAILE CND

 

Entrevista por: Sandra Cadenas