Bailando por el mundo con Sara Khatiboun

¡Feliz Cumpleaños!

Sara Khatiboun es un bailarina de Madrid, lugar donde comienza sus estudios en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma. En 2011 ingresa en el School of American Ballet y en 2014 como guest sudent en Palucca Hoschule en Dresden. En 2016 ingresa en la Compañía Nacional de Danza.

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Tu apellido es realmente único, ¿es de tu familia o un nombre artístico?

Es de mi familia. Mi padre es de Hamedan, una ciudad del norte de Irán.

 

Comienzas tus estudios en el conservatorio Mariemma de Madrid, y en el 2011, viajas a Nueva York para seguir formándote en la School of American Ballet. ¿Qué te hizo tomar esa decisión? ¡Apenas tenías dieciséis años!

Lo vi como una oportunidad de aprender que no podía dejar pasar y tuve la suerte de que mis padres me apoyaron en todo momento en la decisión.

 

Más adelante, en 2014, te aceptan como guest student en Palucca Hoschule en Dresden. ¿Qué fue lo que más te gustó de tu estancia?  

Uff, es difícil elegir una, pero diría que lo que más me ilusionó fue bailar en el Semperoper  un programa compuesto por Minus 16 de Ohad Naharin  y Scotch Symphony de Balanchine. Además vinieron mis hermanos desde España a ver la función y, bueno, era la primera vez que me veían bailar. Fue bastante emocionante.

 

¿Te quedas con Dresden o Nueva York?

Las dos experiencias me encantaron pero Nueva York tiene una magia única.

En 2016 te incorporas a la CND tras unas duras audiciones. ¿Cómo son esas pruebas? ¿Conocías al resto de aspirantes? ¿Se nota mucho la tensión de la competición? 

La verdad que sí, fueron bastante duras, porque al esfuerzo físico hay que sumarle el mental. Parece que no, pero los nervios cansan mucho (risas).

Recuerdo que entré en la sede de la compañía a las 8:30h y terminé mi última prueba sobre las 18:00h. Fue una jornada intensa.

Conocía a bastantes de los participantes porque había coincidido con ellos en el Conservatorio, Instituto o en cursillos de verano. Fue una especie de reencuentro (risas).

Y en cuanto a la tensión y competición, tengo la suerte de soler estar en mi mundo y no prestar demasiada atención a lo que pasa a mi alrededor, así que esa atmósfera no me influyó demasiado y, menos mal, porque con mis nervios ya tenía suficiente.

 

También has viajado a Seoul con la CND. ¿Cómo fue la experiencia oriental? ¿Cómo os recibió el público?

Fue genial, una de las mejores giras que he hecho. Es un país totalmente diferente pero me sentí súper arropada por todos. La gente muy educada y muy pendiente de cualquiera de nuestras necesidades. Y el público entregado: nos esperó a la salida para hacerse fotos con nosotros y todo. Vamos, ¡yo me sentía famosa total!

 

¿Cómo es tener una profesión que es puramente física? ¿Cómo abordas esa relación con tu cuerpo? 

Para mí es una maravilla (risas), aunque es verdad que siempre tienes que estar pendiente de tu cuerpo ya que es tu herramienta de trabajo y cuerpo solo hay uno. Por ejemplo, ahora que llega el verano, y tenemos unas buenas vacaciones, no me puedo permitir estar más de quince días sin bailar o hacer algún tipo de ejercicio físico porque perdería casi toda la musculatura. Pero bueno, hacer una barra mirando al mar también tiene su encanto.

Cuando llegaste a la CND la dirección artística estaba bajo el nombre de Nacho Duato. ¿Cómo fue trabajar con él?

Maravilloso. Es un líder que tiene a los bailarines completamente entregados al proceso artístico, a estar bajo su tutela. Y eso se nota en el trabajo. Cuando los bailarines creen en su director no falla y el trabajo funciona sí o sí.

 

Hoy la dirección artística corresponde a Joaquín De Luz. ¿Qué nuevas oportunidades artísticas has encontrado en este último periodo? ¿Has encontrado algún nuevo reto?

Me sigue aportando nuevas experiencias a mi carrera, nuevos procesos creativos, como el de Antonio Ruz, que me siguen nutriendo y me hacen seguir creciendo a nivel artístico. Y por otro lado también me propone otro tipo de retos y oportunidades y se lo agradezco.

Bailar sola, en pareja o en conjunto, ¿Qué te gusta más?

Si tuviera que elegir me quedaría con bailar en pareja. Antes de salir al escenario suelo sentirme bastante nerviosa, y saber que tengo a alguien, ahí a mi lado, me da seguridad. Además la complicidad que se crea entre ambos me hace disfrutar de la pieza mucho más.

 

¿Cuál es una pieza que no te gustaría volver a bailar o que le hayas cogido manía?

Mmm…, creo que no hay ninguna pieza que deteste por así decirlo. Creo que al final todas me han aportado algo especial.

 

Y por último, para celebrar tu cumpleaños, ¿si pudieras elegir un dulce o una comida especial cuál sería?

Sin lugar a dudas elegiría la tarta de galleta de mi tía Ana.

¿Encuentras similitudes en la cocina y sobre el escenario?

Sí, muchas. Mucha porque hay mucha presión artística, mucha presión de elaboración, presión de crítica. Antes hacía unas cenas grupales y eran como una coreografía, porque en cada minuto tenías que saber lo que se tenía que estar haciendo. Qué tenía que estar en qué sitio y en qué… Eso era impresionante. Y además, tiene mucho de artístico también, así que sí, la cocina y la danza tienen muchas similitudes.

 

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

El cine y el teatro son una necesidad en mi vida, amo ir solo a ambos. Y además, me gusta estar con mis amigos, beber cerveza, tomar el sol y ver el mar.

 

SARA KHATIBOUN – CUERPO DE BAILE CND

 

Entrevista por: Natalia del Buey